10 de noviembre de 2015

Navidad – una fiesta paradójica


Navidad - una fiesta paradójica


Anoche cuando ya estaba acostado, me puse a hojear un catálogo sobre adornos navideños, lo que me hizo recordar a mi niñez, cuando tenía 4 – 7 años de edad. Era una de las tres fiestas más ansiadas por mí, junto a mi cumpleaños y el domingo de pascua, porque en esos día recibía regalos. Ese día 24 de diciembre de cada año, nos vestían con las mejores ropas. Nuestra ansiedad para que llegara el atardecer y la noche, para ingresar al salón donde nos encontraríamos con el árbol de navidad y los regalos, iba en aumento a medida que se acercaba el momento en el cual nos hacían pasar al living.

Al mirar ese catálogo de una conocida casa comercial, me sorprendió la enorme cantidad de kitsch navideño que se ofrece a precios exorbitantes. Árboles navideños de plástico, adornos de una  cursilería  que sobre pasa todos los límites.
Kitsch navideño en Santiago de Chile

 

Se me hace casi insoportable ir a un Mall o un supermercado en época de navidad y tener  que escuchar esos pueriles villancicos cómo, “Navidad, navidad, blanca navidad”, “Noche de paz, noche de amor”, “O Tannenbaum, o Tannenbaum” o esa canción alemana “O du fröliche…” que comienza así: 


Oh alegre,
Oh bendita
época navideña
El mundo se ha perdido,
Cristo ha nacido.
Alégrate, alégrate, oh cristiandad
.”
(Traducción mía)

El autor de esta letra dio como perdido en el “pecado” al mundo des es época, y ahora celebra y alaba la venida de un personaje ficticio, que habría salvado al mundo del pecado.  El que cree esto será bienaventurado (Mi madre siempre  decía esto en forma irónica: “Wer’s glaubt wird seelig”). 


¿Pero que hay realmente detrás de todo esto? ¿Qué es lo que realmente se te celebra ese día? O mejor dicho ¿Cuál es el motivo real de esta festividad? ¡No existe ningún motivo! 


Lo que celebran los cristianos es el supuesto nacimiento de la mítica figura de Jesucristo, un suceso que presumiblemente nunca aconteció y menos un 25 de diciembre.

Jo, jo. jooo

¿Qué tiene que ver el presupuesto nacimiento del hijo del dios de los hebreos, con un pino o unaconífera que ni siquiera es originaria – a mi entender – con Israel, donde se asume que nació el mesías?  ¿Y qué rol, en relación este “nacimiento”, juega ese viejito de la “Coca-Cola” con su “jo jo joo”,  que viaja en un trineo volador tirado por renos? Y aún en el siglo XXI se sigue con esta farsa.


Los cristianos en el fondo celebran el nacimiento de Cristo y con esto la aparición del cristianismo. ¿Es esto realmente un motivo para celebrar? ¡Absolutamente no! Millones de personas sufrieron las más terribles consecuencias y tragedias, con la aparición del cristianismo y el posterior catolicismo. Y aún hoy estamos afectados por la aparición del cristianismo, entre otros la total intolerancia hacia los distintos pensantes, a las personas de condiciones sexuales diferentes. Grupos y asociaciones cristianas influentes tratan de imponer falsas doctrinas sobre el origen de las cosas. Tratan de imponer sus creencias y sus visiones del mundo en el ámbito político cultural y científico.


El 25 de diciembre no es precisamente un día que se deba celebrar, sino un día que se debe memorar como el inició virtual de una de las mayores tragedias que vivió y vive el mundo. Lo deberíamos conmemorar con banderas negras a media asta y cómo el día de la superstición religiosa. 


En mi casa celebramos dos acontecimientos notorios en el año, a ser: Año nuevo y las fiestas patrias, el 18 de septiembre.  Ambas fechas son dignas de ser celebradas y para pasarlo bien. 


Sin embargo existen organizaciones religiosas cristianas, que no celebran navidad, pero no por las razones que expuse, sino por motivos doctrinarios de sus creencias y por estas mismas  enseñanzas tampoco celebran los cumpleaños, lo que para mí es un absurdo. 


Una paloma con todas estas propiedades
En el mundo cristiano occidental hemos transformado una fecha mitológica falsa, en un acontecimiento digno de celebración del aparecimiento de la cristiandad, cuando en realidad  deberíamos festejar ese día como él día internacional de la superstición religiosa, algo parecido a Halloween.  











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